Columnas de Opinión / Daniel Garat / EL SISTEMA INTEGRADO DE SALUD Y EL FUTURO

19/10/2025

Por el Dr. Daniel Garat

En el correr del año 2007 el Uruguay asistió a la creación de un nuevo SISTEMA INTEGRADO DE SALUD a través de la sanción de la ley18.211, sistema que fue incorporando gradualmente a distintos colectivos hasta completarse en el 2016.-

A nuestro juicio la novedad del nuevo Sistema no fue la ampliación de la población cubierta sino la forma de financiación, porque hasta ese momento a través del aporte patronal y obrero a DISSE los trabajadores formales estaban bajo la cobertura del sistema mutual, y otros sujetos no amparados en ese sistema, o bien contrataban privadamente a una Mutualista o un Seguro privado mediante el pago de una cuota, o bien accedían a la cobertura que brindaba el MSP a través de sus hospitales y policlínicas mediante la tramitación de un carnet de “pobre”

Con la descentralización de ASSE (Ley 18.161) el MSP dejó de brindar servicios médicos y con el advenimiento del SNIS se modificó la financiación del sistema mediante la creación de un Fondo de cobertura (FONASA) que a través del aporte patronal (que se mantuvo incambiado) y el aporte obrero (aumentado el porcentaje individual  a 4,5% y de 6% a 8% según integración del grupo familiar) se amplió el universo de quienes quedaban amparados con esa contribución ya que no solo el trabajador sino su cónyuge e hijos menores podrían acceder sin más a elegir un prestador de salud (público o privado), quedando el resto de la población cubierta por ASSE.

Por esa misma circunstancia los prestadores privados (salvo los Seguros) tienen como principal fuente de financiamiento los recursos financieros provenientes de ese Fondo público que es el FONASA el cual les retribuye cápitas en función del sexo y edad de su masa de afiliados quitando todo incentivo a una sana competencia.

¿Pero en materia asistencial se verificaron grandes logros? Nuestra impresión es que definitivamente NO. Para quienes tenemos muchos años en esto no se han observado grandes cambios, y en general siguen los mismos problemas, las mismas deficiencias, las mismas quejas, las mismas diferencias con los seguros privados. El Sistema proyectado no puede abrogarse el ser integrado,nacional y equitativo.

Y podríamos decir que la excepción que confirma la regla es el buen funcionamiento y calidad de las prestaciones que financia el Fondo Nacional de Recursos.

Pero, ¿qué pasa hacia adelante? Tanto el sistema que dejamos a un lado en el 2007 como el que nos rige a partir de allí, fueron pensados con la realidad que se vivía en el siglo XX. Pero ya en el 2025 con los avances científicos y tecnológicos que nos avasallan y no dejan de sorprendernos, con el conocimiento del genoma humano, la nanotecnología, los teléfonos inteligentes, la inteligencia artificial, nos preguntamos si no sería hora de comenzar a revisar el diseño de nuestro sistema de salud, porque si seguimos razonando con los parámetros de nuestros predecesores, el desarrollo tecnológico nos pasará por arriba y tendremos un sistema que no brindará satisfacción a sus usuarios, quedará muy lejos de los avances científicos, los nuevos métodos de diagnóstico, las nuevas terapias, etc, y llevará a un sensible retraso en la calidad asistencial en Uruguay.

Nos enfrentamos a una realidad cual es que el ser humano vive cada vez más años,  con mejor calidad de vida, con la certeza de,- como ha venido ocurriendo,- esa expectativa siga creciendo. Nuestro país en parte lo ha reconocido con la sanción de la ley de reforma de la seguridad social y su ratificación por el voto popular. La salud debería tomar el ejemplo y dejar de mirar para un costado y proceder a estudiar los cambios necesarios.

Es hora de reaccionar y planificar. Hoy una intervención quirúrgica se puede hacer a distancia, avanza la terapia génica, la biotecnología. No podemos resignarnos y esperar a que el sistema actual nos desborde.

Hoy los médicos y pacientes gracias a internet están al tanto de todo lo nuevo y lo reclaman. Los Juzgados no dan abasto con los recursos de amparo, y si bien hoy el volumen no desfinancia ni amenaza desfinanciar el sistema, es la forma más inequitativa de acceso a las nuevas terapias. Pretender escapar a ello con trabas burocráticas y/o reglamentarias es absurdo e imposible y haría mucho más inequitativo el sistema porque la calidad de vida de los uruguayos dependería del grado de su situación económica.

Por eso creemos que es el momento de que, sin preconceptos ideológicos ni posiciones dogmáticas, sin banderías políticas, se busque a expertos en la materia para poner un PIENSO AL FUTURO, porque el futuro de la salud se construye en equipo, con ciencia, con ética, con empatía. Médicos, pacientes, profesionales, innovadores y decisores: todos tienen un rol muy importante en construir un sistema de salud más justo con mayor acceso y adaptado a la realidad de SIGLO XXI.-

Por suerte la humanidad se ve enfrentada a este lindo problema: MÁS VIDA, MÁS CALIDAD DE VIDA.

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