Notas / Prensa / El retorno del sarampión en las Américas: brotes activos, características del virus y el desafío de sostener la vacunación

15/11/2025

La reciente determinación de la OPS de retirar a las Américas del listado de regiones libres de transmisión endémica de sarampión volvió a colocar a esta enfermedad en el centro de la agenda sanitaria. La medida se fundamentó en la circulación ininterrumpida del virus en Canadá durante más de doce meses, un período que define el restablecimiento de la transmisión endémica según los estándares internacionales.

Al 7 de noviembre de 2025, los países de la región habían confirmado 12.596 casos, con una marcada concentración en Canadá, México y Estados Unidos, que explican alrededor del 95% de los reportes. La distribución de los casos muestra una pauta que se repite: la mayoría de las personas afectadas no estaban vacunadas o no tenían registro de vacunación (89%), lo que sugiere que las brechas de cobertura continúan siendo un punto crítico.

México: un brote extenso y aún en curso

En México, el seguimiento diario del brote indica 5.252 casos acumulados en 27 estados hasta el 12 de noviembre. La mayor parte se concentra en Chihuahua, con 4.440 casos confirmados, mientras que Jalisco, Michoacán, Guerrero y Sonora presentan niveles más moderados pero sostenidos. El país también informó 23 fallecimientos, entre ellos el de una bebé de 11 meses con un cuadro de desnutrición. Además, algunas entidades estiman que el número de casos probables podría ser considerablemente superior al confirmado, lo que refleja la magnitud del episodio.

El sarampión: un virus altamente transmisible y con riesgo de complicaciones

El sarampión se caracteriza por una capacidad de contagio excepcionalmente elevada: una persona infectada puede transmitir el virus a hasta 18 individuos en su entorno. La enfermedad suele manifestarse entre una y dos semanas después de la exposición, con síntomas iniciales que incluyen fiebre alta, tos, secreción nasal y ojos enrojecidos, a los que se suman las manchas de Koplik, pequeñas lesiones blanquecinas en la mucosa bucal que constituyen un signo clínico característico. Si bien muchos pacientes evolucionan favorablemente, existen complicaciones documentadas que pueden modificar de forma significativa el curso de la enfermedad: neumonía, encefalitis, diarrea intensa, infecciones del oído y pérdida de la visión. Estas manifestaciones graves aparecen con mayor frecuencia en bebés, niños pequeños, embarazadas y personas con sistemas inmunológicos debilitados, grupos para los cuales el impacto puede ser particularmente severo.

La forma de transmisión —a través de partículas expulsadas al toser o estornudar, con capacidad de propagarse rápidamente en espacios cerrados— convierte al virus en un desafío para cualquier sistema de salud si la población no cuenta con niveles suficientes de inmunización.

Vacunación: una herramienta con impacto demostrado

La vacuna triple viral ha sido fundamental para reducir de forma drástica la carga del sarampión. Según datos de la OPS, en las últimas dos décadas y media se evitó más de seis millones de muertes en la región como resultado de su aplicación. No obstante, en 2024 la cobertura de la segunda dosis alcanzó un promedio regional de 79%, lejos del 95% necesario para impedir brotes sostenidos.

En México, el esquema nacional establece dos dosis antes de los 10 años, pero la persistencia del brote indica que una parte de la población infantil aún no accedió al esquema completo o no cuenta con registros actualizados.

Una reflexión necesaria

Los episodios recientes muestran que la transmisión del sarampión puede reinstalarse con rapidez cuando convergen dos factores: circulación del virus y niveles de vacunación insuficientes. La región ya logró revertir retrocesos en el pasado —como ocurrió en Venezuela y Brasil— y la experiencia sugiere que una combinación de vigilancia activa, respuestas rápidas y coberturas altas puede modificar nuevamente la trayectoria actual.

Sin embargo, el aumento de casos y la concentración de brotes en comunidades con menor protección vacunal podrían estar indicando que la adhesión a los esquemas de vacunación requiere una atención renovada. Más que conclusiones definitivas, los datos plantean preguntas sobre cómo fortalecer la confianza en una herramienta que ha sido clave para reducir la mortalidad y contener brotes durante décadas.

Mantener o recuperar altos niveles de vacunación no solo actúa sobre el riesgo individual, sino que contribuye a limitar la circulación del virus en el conjunto de la población. En un escenario de transmisión activa en varios países, este aspecto adquiere especial relevancia para sostener la protección colectiva.

 

Fuentes

  • Organización Panamericana de la Salud (OPS). “Las Américas pierde su estatus como región libre de transmisión endémica del sarampión” 10 de noviembre de 2025.
  • El País. “Últimas horas del brote de sarampión en México: cuántos casos hay, cuáles son los síntomas y dónde vacunarse” 13 de noviembre de 2025.
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